Lucas 13:34
¡Jerusalén, Jerusalén…! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, pero no quisiste!

Las gallinas no son las criaturas más brillantes del mundo animal, pero la madre gallina sabe proteger sus huevos y mantenerlos calientes. Muchas especies de serpientes también cuidan de sus críos. Sorprendentemente, los científicos han aprendido que inclusive algunas plantas han sido diseñadas con instintos “maternales”.

Algunas madres son verdesEl llantén es una hierba común norteamericana y cuando florece, mientras más caliente mantiene a sus semillas en desarrollo, más semillas producirán sus crías. Los investigadores han encontrado que las temperaturas de aire más frescas causan que la planta madre produzcan un grupo de flores más oscuras. El color más oscuro absorbe más energía radiante del sol y esto da a sus críos un empuje en la vida aún antes de brotar. La planta tiradora, como se le conoce comúnmente en el sureste americano, hace algo similar. Florece durante varios meses en el verano del sur. Las brácteas en forma de hojas que envainan cada grupo de flores tienen un pigmento café. Los investigadores observaron las plantas durante varios meses y encontraron que las brácteas que se formaban en el clima más fresco de abril, eran más oscuras que las brácteas que se formaban en junio donde su clima es más cálido. El nivel más alto de pigmento café en abril permitía que las brácteas absorban más luz infrarroja que ayuda a calentar las flores.

¿Donde aprendieron aquellas plantas la física necesaria, sin mencionar la genética, para producir estas provisiones maternales? Por supuesto, la respuesta es el diseño inteligente de Dios desde el principio.

Prayer:
Padre, Te agradezco por ser un Padre amoroso que nos enseña el amor a través de Cristo Jesús. Amén.

Notes:
Science News, 7/23/05, pp. 59-60, Susan Milius, “Mommy Greenest.”

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