Asunto de vida o muerte
Génesis 3:2-3
“La mujer respondió a la serpiente: —Del fruto de los árboles del huerto podemos comer, pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: “No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis”.
De acuerdo a la Biblia, Dios creó los cielos y la Tierra en perfecta condición. Sin enfermedad ni muerte. Sin embargo, cuando el hombre hizo su propia voluntad en vez de la voluntad de Dios, la muerte se convirtió en una realidad, justo como Dios lo había advertido. Por otro lado, la evolución dice que nuestra información genética se ha desarrollado a lo largo de los años para ayudarnos a sobrevivir. ¿Pueden estas afirmaciones opuestas ser probadas?
Los biólogos han descubierto que las células vivientes tienen un gen suicida incorporado. El gen suicida se mantiene inactivo hasta que sea necesario que la célula muera. Por ejemplo, al convertirse un renacuajo en rana, su cola ya no es necesaria. Como resultado, los genes suicida en las células de la cola les instruyen a morir.
En otras palabras, las células vivas tienen un gen que previene la muerte de la célula hasta que sea el tiempo determinado.
Así que un sentido, podemos probar las afirmaciones contrapuestas de la Biblia y de la evolución acerca de la vida y la muerte. ¿Por qué la evolución desarrollaría genes que ordenen la muerte? Por definición, tal gen no ayudaría a la supervivencia. Sin embargo, Dios dijo a nuestros primeros padres que el día en que ellos pecaren, morirían. Obviamente fue la maldición del pecado lo que creó las instrucciones genéticas para la muerte celular, en el mismo día que pecaron. Lo que los biólogos están aprendiendo acerca de cómo funcionan las células calza mucho mejor con las Escrituras que con cualquier afirmación evolucionista.
Prayer:
Te agradezco, amado Padre, que has provisto un remedio y una cura para mi muerte a través del perdón de mis pecados en Cristo Jesús. Por medio de Tu Santo Espíritu ayúdame a vivir la nueva vida que me has dado para Tu gloria. En nombre de Cristo Jesús. Amén.
Notes: