Ave del Paraíso

Génesis 2:19

“Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viera cómo las había de llamar; y el nombre que Adán dio a los seres vivientes, ese es su nombre”.

El ave del paraíso está entre las aves más extrañas y hermosas del mundo.  Son tan inusuales que los científicos de la evolución están teniendo dificultad  al explicar cómo tales criaturas pudieron haber evolucionado.

No fue sino hasta 1824, cuando el primer europeo vio un ave del paraíso.  Antes de ese momento el ave era conocida en Europa solo por sus pieles y plumas que los nativos habían vendido a comerciantes de plumas europeos.  Ya que las pieles no incluían los pies, los europeos pensaban que el ave del paraíso se mantenía en vuelo toda su vida.  Inclusive su nombre en latín significa, “del paraíso, sin pies”.

El ave del paraíso macho es probablemente una de las aves más bellas del mundo.  Su cuerpo es marrón oscuro, con plumas verdes brillantes.  Las 42 diferentes especies tienen un surtido de plumas amarillas brillantes, crestas, y otras decoraciones.  En tiempo de apareamiento casi todo lo que uno puede ver del ave es una cresta de un amarillo brillantísimo que salta de rama en rama, zigzaguea en el aire, y se cuelga patas arriba de las ramas.  La ciencia siempre ha pensado que este raro comportamiento, y el plumaje brillante, servían para atraer la atención de las hembras.  Esta era la justificación para que estos rasgos evolucionaran, de acuerdo a los evolucionistas.  Sin embargo, investigaciones más recientes muestran que las hembras no eligen a los machos – los machos eligen a las hembras.  Los evolucionistas se han quedado sin forma de explicar al ave del paraíso.

Sin embargo, la belleza y comportamiento extraño del ave del paraíso no son difíciles de explicar para aquellos que sabemos que nuestro Creador tiene creatividad ilimitada e inventiva.

Oración: Padre celestial, te agradezco por haber hecho a la maravillosa ave del paraíso.  Especialmente te agradezco por la manera en la cual esta criatura te glorifica entre los hombres.  Ayúdame a glorificarte a Ti como me has creado para hacerlo.  En nombre de Cristo Jesús.  Amén.

REF.: Laura Tangley. 1982. Sexual Selection’s Strangest Inventions. Science News, Vol. 122. September 4. P. 152-170.