Cómo mantener su castillo fresco
Génesis 27:27
“Jacob se acercó y lo besó. Olió Isaac el olor de sus vestidos, y lo bendijo, diciendo: «Mira, el olor de mi hijo, como el olor del campo que Jehová ha bendecido”.
Si alguna vez usted ha visto películas de la edad media, usted probablemente ha presenciado escenas que se presentan en un inmenso castillo. Algunos productores de películas han intentado ser fieles a la realidad, mostrando perros, a veces incluso a otros animales correteando dentro del castillo. De vez en cuando Enrique VIII o Ricardo IV tiran un hueso sobre el piso. En corto, aquellos viejos castillos no eran tan limpios, y había suficientes malos olores alrededor.
Así como a nosotros no nos gustan los malos olores en nuestros hogares, tampoco les gustaba a las personas hace 700 años atrás. Por lo tanto de la misma manera que nosotros utilizamos purificadores de aire en nuestro hogar, ellos también utilizaron purificadores. La práctica más común se llamaba “esparcir hierbas”. Tomillo, lavanda, romero, mentas y otras hierbas se cultivaban sólo para esparcir en los pisos. Cuando se caminaba sobre ellas, el aroma en sus tallos se liberaba, refrescando el aire.
Además, la menta y el ajenjo eran puestos en los armarios para repeler los ratones. Muchas personas todavía esparcen estas hierbas entre las sábanas cuando van a ser almacenadas durante un largo período de tiempo para evitar el mal olor. Asimismo estas hierbas mantendrán fresca a una cama que será guardada durante largos períodos cuando este doblada como un sofá.
Pocas personas en nuestro mundo contemporáneo conocen las maneras en que las anteriores generaciones resolvían los mismos problemas que hoy los productos modernos están diseñados para resolver. Espero que este “Momento de la Creación” le haya servido como un recordatorio de que la provisión del Creador se extiende a toda necesidad humana – inclusive en algo aparentemente sin importancia como los purificadores de aire.
Prayer:
Amado Padre, Tú conoces nuestras necesidades aún antes de que pidamos. Sin embargo Tú nos has mandado que oremos y nos has prometido que nos escucharás. Perdona mi pobre uso de la oración; ayúdame a que recuerde y me sienta cómodo presentándote a Ti todas mis necesidades en oración, incluso aquellas que parecen muy pequeñas. En Nombre de Cristo Jesús. Amén.
Notes:
Brandies, Monica. 1985. “Mother Nature’s air fresheners.” Gurney’s Gardening News, Dec. Jan. p. 26.