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Desde Mozart hasta Einstein

1 Crónicas 15:16
Asimismo dijo David a los principales de los levitas que designaran a cantores entre sus hermanos, con instrumentos de música…

Los científicos han demostrado que el llamado “efecto Mozart” de música en niños pequeños es sólo un mito. Esta idea popular decía que exponer a los niños pequeños a la música clásica mejora su habilidad en asuntos no verbales. Sin embargo, los investigadores si encontraron un efecto más interesante de música clásica sobre los estudiantes.

Desde Mozart hasta EinsteinAl principio del año escolar los investigadores de la Universidad de Toronto fortuitamente asignaron a 132 niños de primer grado en uno de cuatro grupos. Algunos recibieron piano o lecciones de drama mientras que otros tomaron lecciones de ajedrez o se unieron a programas de ciencia. Al final del año escolar el cociente de inteligencia de los estudiantes fue evaluado. Aquellos que habían tomado lecciones de piano mostraron un incremento de 7 puntos en su cociente intelectual. Aquellos involucrados en los otros programas mostraron tan solo un incremento de 4¼ puntos en su cociente intelectual. Los investigadores creen que la atención enfocada que requiere el aprender música durante periodos extendidos es un factor principal en el incremento mayor del cociente intelectual entre estudiantes de música. También sugieren que la memorización requerida en la educación musical también ayuda al cociente intelectual. Una investigación más profunda de estos y otros factores serán el tema de un estudio de largo plazo.

La música es un don de Dios y el estudio de la música se ha considerado tradicionalmente un elemento esencial de una buena educación. La investigación moderna nos está mostrando que este acercamiento tradicional a la música tiene más sabiduría de lo que ofrece un acercamiento puramente materialista de la educación.

Prayer:
Padre, Te agradezco por el regalo de la música. O, Señor, abre mis labios que yo pueda cantar Tus alabanzas. Amén.

Notes:
Science News, 6/19/04, p. 389, B. Bower, “Tuning Up Young Minds.”