Diálogo animal
Juan 1:1-3
“En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Este estaba en el principio con Dios. Todas las cosas por medio de él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho”.
A menudo hemos señalado que la habilidad de comunicarse no es lo que nos separa a los humanos de los animales. En programas anteriores nos hemos maravillado sobre el alcance de la comunicación animal y como ésta refleja la inteligencia y el genio del Creador. Los investigadores de comunicación animal han quedado igualmente sorprendidos al empezar ahora a comprender que muchos animales en realidad tienen idiomas y que pueden inventar nuevas palabras para comunicar nuevos peligros entre sí y a sus críos.
En 1914 un cazador en el Sur del África fue comisionado para exterminar a una manada de 140 elefantes. Consiguió matar casi a todos menos a 20 de ellos. Estos 20 elefantes se hicieron tan hábiles en evitarle que tuvo que dejar de cazarlos. Aunque el parque se convirtió en un parque protegido en 1930 – con los elefantes protegidos – en la actualidad, los elefantes en el parque, ya cuatro generaciones desde que terminó la caza, son inusualmente cautelosos de los humanos. Incluso a los más pequeños se les enseña rápidamente a evitar a los humanos.
Las ardillas terrestres tienen dos llamados de alarma distintivos, dependiendo de lo que les esté siguiendo. Si una ardilla terrestre escucha el llamado de alarma que le advierte de un ave de rapiña, esta se tirará a la protección más cercana. Pero si la alarma indica que está cerca un predador excavador como un tejón, las ardillas terrestres pasarán cerca de madrigueras para esconderse en una que tenga una puerta trasera como ruta de escape.
La Biblia nos dice que todas las cosas fueron hechas a través de la Palabra – El Hijo de Dios. Por lo tanto no nos debe sorprender saber que muchas criaturas además de los humanos tienen la habilidad de comunicar mensajes muy específicos entre sí.
Prayer:
Amado Señor Jesús, yo me regocijo y te alabo por tu parte en la creación, de la misma manera por tu amor por mí, el cual te movió a morir por mí para darme el perdón del pecado que el hombre trajo a toda la creación. Amén.
Notes:
Gould, Carol Grant. 1983. “Out of the mouths of beasts.” Science 83, Apr. p. 69.