2 Pedro 3:10
“Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche. Entonces los cielos pasarán con gran estruendo, los elementos ardiendo serán deshechos y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas”.

 

Vivimos en un mundo – en realidad un universo – que se encuentra en un cambio continuo.  Las cosas han sido diseñadas de esa forma por una razón muy importante.  Desafortunadamente, algunas personas escogen definir la evolución como simplemente cambio.  Sin embargo, este no es el tipo de cambio continuo que nos rodea.

El cambio que vemos a nuestro alrededor sirve para mantener las cosas iguales.  Los biólogos llaman a esto balance.  Esto podría sonar contradictorio, pero piense en ello por un momento.  Un bebé nace – eso es cambio.  El bebé crece y se hace un niño y luego un joven.  Esto es más cambio.  Sin embargo, al final una nueva generación nace para reemplazar a la última generación y las cosas siguen como antes.  Es el ciclo de la vida, común para todas las cosas vivientes.

Lo que es más, los ciclos de vida interrelacionados de todas las cosas vivientes se complementan entre sí.  Las plantas utilizan la luz del sol y el dióxido de carbono para hacer el oxígeno y alimento, que son necesarios para el reino animal y los seres humanos.  Cada generación de cosas vivientes se reproduce tras su propio tipo, ayudando a que este balance se mantenga en tono.

El cambio que vemos a nuestro alrededor fue diseñado por el Creador para renovar la creación para que se pueda mantener estable – igual.  Podemos decir verdaderamente que mientras más cambian las cosas, más se mantienen igual.  Sin embargo, este estado de asuntos no seguirá para siempre.  Un día – y tal vez pronto – el mundo llegará a su fin.  El Hijo de Dios que fue el instrumento de nuestra creación y el instrumento de nuestra salvación regresará.  ¿Está usted listo para encontrarse con Él?

Oración: Amado Señor, ayúdame a estar preparado para encontrarme contigo sin temor cuando regreses.  Confío en Tus promesas de salvación a través del perdón de los pecados que Tú me diste en la cruz.  Amén.

Foto: Envato.

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