El amor de una madre

I Juan 4:8
“El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor”.

Todos lo hemos visto varias veces.  Una madre caminando en una multitud con un pequeño niño cuando lo pierde y empieza a llamarlo y buscarlo.  ¿Pero puede usted imaginar una multitud de 70 millones de madres e hijos todos buscándose entre sí?

El amor de una madre Esto es exactamente lo que el murciélago mejicano cola de razón tiene que lidiar.  Una vez que nacen sus críos, la colonia de murciélagos tienen hasta 70 millones de individuos, hasta 40 pequeños bebés por cada 16 pulgadas (40.6 centímetros) cuadradas.  Al ser mamíferos, los murciélagos amamantan a sus críos y los críos son muy agresivos cuando se trata de comer algo.  Así que los científicos simplemente asumen que cuando la madre murciélago regresa de comer, estaría enfrentando a millones de bebés hambrientos.  Lo más probable, ella simplemente amamantaría a los más cercanos y más insistentes – sin poder encontrar a los suyos propios.

Pero varios estudios demuestran que cuando una madre regresa de comer, ella aterriza cerca de donde ella dejó a su bebé y empieza a llamarlo, escuchando por una respuesta.  Su crío le llamará de vuelta, y cuando ella cree haber encontrado a su crío lo huele para estar segura antes de amamantarlo.  Los investigadores encontraron que en la vasta mayoría de casos, las madres encontraban a sus propios críos.

Los científicos quedaron muy sorprendidos al descubrir cuan poderoso es el amor de una madre murciélago, así como cuan inteligentes son realmente los murciélagos.  El amor es solo una parte de la vida que la evolución no puede explicar.  Pero nosotros que creemos que nosotros y todas las cosas fueron creadas por un Creador que es amor no tienen problema explicando de donde viene el amor.

Prayer:
Amado Padre celestial, Tu intención fue el amor y no los “dientes y garras” que sean la regla en la creación. Enséñame más de Tu amor para que yo pueda comunicarlo a otros en este mundo donde muchos creen que lo que debe reinar son los “dientes y garras”. Amén.

Notes:
“Some mothers don’t forget their children.” Science 84, June. p. 8.