El cerebro y su salud

Filipenses 4:8
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”.

Los investigadores médicos están aprendiendo que sus pensamientos afectan su salud.

the brain and your healthLas células que hacen los glóbulos blancos pueden ser directamente controladas por el cerebro a través de los nervios.  Si utilizamos el lenguaje de las hormonas del cerebro, así como de las células nerviosas individuales, estas pueden dirigir las habilidades de las células inmunológicas para matar a los invasores.  Asimismo, las células inmunológicas se comunican de vuelta con el cerebro a través de las hormonas.  Últimamente, se ha demostrado que el estrés y los estados altamente emocionales pueden hacer que esta comunicación sea menos eficiente, entorpeciendo así el sistema inmunológico.

Los macrófagos son células grandes parecidas a las amebas que reconstruyen el tejido lesionado y devoran las bacterias, los virus y cualquier otra cosa que no deba estar en un tejido lastimado.  Estas sorprendentes células pequeñas incluso pueden comer limaduras de hierro.  Sin embargo, los químicos producidos por el cuerpo durante tiempos de estrés, durante períodos prolongados de tiempo,  pueden hacerle sentirse indefenso, pues hacen que los macrófagos se vuelvan lentos.

Una palabra de advertencia.  Aunque muchas personas de la Nueva Era han utilizado selectivamente algunos de estos hallazgos para promover sus ideas paganas sobre la medicina y la salud, no hay nada de místico en esto.  No sólo que ésta conexión, una vez más, entre nuestro cerebro y nuestra salud glorifica al Creador, sino que apoya la verdad bíblica.  En Filipenses 4:8 el Apóstol Pablo aconseja, “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”.  Este no sólo es un buen consejo para el alma, sino que también es bueno para el cuerpo.

Prayer:
Amado Señor, ayúdame a recordar cada que me sienta indefenso las maravillosas promesas en de Tu Palabra, asimismo, que siempre me tratas amorosamente. Por cuanto diste Tu vida por mí, no escatimarás nada para darme el bien de Tu mano. Amén.

Notes:
Wechsler, R. 1987. A new prescription: mind over malady. Discover, Feb. p. 51.