Oseas 6:6
“Porque misericordia quiero y no sacrificios, conocimiento de Dios más que holocaustos”.

Durante generaciones hemos escuchado que las personas se convierten en criminales y van a la cárcel debido a sus padres, amigos, pobreza o la sociedad en sí.  Sin embargo, siempre ha habido una mayoría de personas que han venido de malos hogares o vecindarios pobres que han vivido vidas responsables.

El Creador reconstruye las vidasHoy en día algunos oficiales de policía y psicólogos están sugiriendo que el comportamiento criminal es la culpa del criminal mismo.  El criminal de toda una vida escoge un patrón para lidiar con la vida que es diferente de la mayoría de las personas – y a menudo es evidente para cuando tiene cuatro años.   Ellos caracterizan lo que llaman una mente criminal como una persona que escoge mentir en vez de tomar responsabilidad.  Dicen que las explicaciones tradicionales que culpan a la sociedad por el crimen simplemente ayudan a la mente criminal a evitar la responsabilidad.  Al criminal de carrera le gusta quebrantar la ley.  Como dijo un violador, “Si la violación fuera legalizada, haría otra cosa”.

¡No, el asunto de los orígenes no es simplemente un debate filosófico!   Hemos escuchado de muchos que están pagando un tiempo largo por serios crímenes.   Todos  aquellos que nos contactan dicen lo mismo.  Nos dicen que se han dado cuenta que deben responsabilizarse por sus vidas.  Se dan cuenta de que para aprender una nueva forma de pensar, deben empezar comprendiendo cómo acercarse al Creador que les hizo.  Y nos complace ayudarlos a que aprendan  más acerca de Su amor acogedor y perdonador por ellos en Cristo Jesús.

Prayer:
Amado Padre, ya que yo también peco, se que la tentación de evitar la responsabilidad por mis acciones es muy fuerte. A través de Tu Palabra de promesa en el Evangelio, recuérdame que a Ti siempre Te agrada perdonarme en el Nombre de Jesús, el nombre que yo intente evitar. Permite que mi paz esté en Cristo. Amén.

Notes:
“Exposing the criminal mind.” Science 84, Sept. 1984. p. 84.

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