Job 11:7
“¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás a la perfección del Todopoderoso?”

En lo que tiene que ver con el diseño del caballo del mar, Dios demostró que no hay límites a Su creatividad.

El padre que es una buena madreHay alrededor de 35 especies conocidas de caballos de mar, los más grandes crecen hasta un tamaño de un pie (30 cm) de largo.  Los caballos de mar son maestros del disfraz.  Ellos pueden cambiar de color en segundos para parecerse a sus nuevos entornos.  Mientras que los caballos de mar son peces, tienen piel en vez de escamas.  Su piel, que se estrecha apretadamente sobre placas óseas, produce crecimientos que son como la vegetación a su alrededor.  Estos crecimientos cambiaran para parecerse a nueva vegetación o desaparecerá si no hay vegetación.  Aunque los caballos de mar no tienen ni dientes ni estómagos, comen crustáceos pequeños y duros.  Ellos pueden agarrarse tan fuertemente con sus colas prensiles que no pueden ser removidas a menos que quieran moverse.  Los caballos de mar también son criaturas muy sociales, saludando a sus vecinos cada mañana al cambiar de colores.

El caballo de mar es el único animal conocido donde el macho en realidad se embaraza y da a luz.  Por lo general el ritual de apareamiento tiene una duración de tres días.  Este incluye cambios de color, baile y asirse.  Al final del ritual la hembra deposita sus huevos en el bolso del macho.  Durante las próximas dos semanas el macho protege, nutre y oxigena los huevos.  Cuando están listos, los críos nacen vivos y listos para nadar.  ¡Un macho, cuyo bolso era un poco más grande que media cucharadita, dio a luz a 1.572 críos!

Por su misma existencia el caballo de mar ofrece un testimonio elegante de un Creador poderoso, sabio y personal.

Prayer:
¡Amado Padre, nunca entenderé todo lo que Tú has hecho, es tan grande y maravilloso! Permite que mi sentido de apreciación crezca y muéveme a decir a otros de Tu grandeza y Tu amor por nosotros en Cristo Jesús. Amén.

Notes:
Vincent, Amanda. 1990. A seahorse father makes a good mother. Natural History, Dec. p. 34.

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