Salmo 33:2
“Aclamad a Jehová con arpa; Cantadle con salterio y decacordio.”

Existe un fuerte vínculo entre la física y la música. Por lo general, la mejor manera de comprender el sonido es ver cómo funcionan los instrumentos musicales. Consideremos, por ejemplo, cómo los instrumentos de cuerda hacen música por la vibración.

La guitarra tiene seis cuerdas, todas de la misma longitud. Sin embargo, hay una serie de factores que afectan el sonido. El tono del sonido puede verse afectado de varias maneras. Si se pone más tensión en la cuerda, apretando el cabezal de la máquina, entonces el tono sube. Las cuerdas son habitualmente distintos grosores. Si todas las seis cuerdas están apretados con la misma tensión, entonces una con el mayor grosor tendrá el tono más bajo.

El tono puede ser definido en términos de la frecuencia de las vibraciones de las cuerdas. Frecuencia significa cuántas veces la cuerda vibra en un segundo. Cuanto mayor sea la frecuencia, más alto será el tono.

El volumen del sonido está relacionado con la “altura” de la onda de sonido –llamado amplitud. Una mayor amplitud indica un sonido más fuerte.

Así que hay una gran cantidad de Matemáticas y de Física involucrados en el estudio de la Música. Pero, ninguna cantidad de investigación científica puede explicar por qué, por ejemplo, Beethoven eligió poner diversas notas, de diferente tono y timbre, juntas en una obra como su novena sinfonía. Esa creatividad es posible sólo porque los seres humanos son creados a imagen de Dios, y nosotros reflejamos su creatividad cuando ejercemos la nuestra.

Oración: Te agradecemos por el orden que creaste y por todas las leyes científicas. También te agradecemos por el arte y la belleza, y cómo estas cosas funcionan juntas en Tu maravillosa creación. Amén.

 Autor: Pablo F. Taylor

Ref: Física Avanzada de Salters Horners (Londres: Heinemann: 2000), pp. 119-175. Imagen: Una lira moderna, Imagen de Dominio Público.

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