El súper pegamento de Dios

Salmos 119:31
“Me he apegado a tus testimonios; Jehová, no me avergüences”.

Los científicos dicen que no es el hombre, sino el simple percebe que hace la goma más fuerte del mundo.  Esta goma, llamada anthropodin trabaja bien bajo el agua y permite que los percebes se peguen al fondo de los barcos, las tortugas de mar, las piedras y muelles.  

Los percebes en el casco del barco hacen que el barco vaya más lento y tienen que ser removidos casi cada seis meses.  Los fenicios, estaban entre los más grandes navegantes antiguos, e intentaron mantener a los percebes de pegarse a sus barcos al recubrir sus cascos con brea.  ¡Sin embargo, eso no paró que los percebes continuaran pegándose a los cascos, ya que incluso podían pegarse a la brea!  Los navegantes modernos han aprendido que no hay nada que pare la goma de los percebes – en el mejor de los casos, ellos solo pueden disminuir la velocidad de lo inevitable.  Ahora los científicos están estudiando la goma con la esperanza de poder fabricarla para proyectos humanos.  

A pesar de las grandes afirmaciones del hombre por su ciencia, todo lo que hace el hombre puede ser mejorado a través de un mejor entendimiento de cómo Dios hizo la misma cosa en la creación.  Lo mismo es verdad, en un sentido, en asuntos espirituales.  Ninguno de nosotros por nosotros mismos se aferra tan ajustadamente a la Palabra revelada de Dios como debemos.  Esta es la razón por la cual terminamos llenos de preocupación, nos deprimimos o tenemos problemas.  Cada uno de nosotros nos aferramos a la Palabra de Dios con una goma espiritual que es incluso más fuerte que aquella de los percebes.

Prayer:
Amado Padre, Te confieso que yo a veces si me preocupo, me deprimo y muestro otros signos de no aferrarme a Tu Palabra que da vida. Por esto Jesús perdóname, y dame la fortaleza espiritual para aferrarme aún más seguramente a Tu Palabra. Amén.

Notes:
Bob Devine, Uncle Bob’s Animal Stories, (Moody Press, Chicago, IL, 1986), pp.23-25.