Excelencia mecánica bajo presión
Salmos 148:7a, 8
“Alabad a Jehová desde la tierra…el fuego y el granizo, la nieve y el vapor, y el viento de tempestad que ejecuta su palabra…”
Dios creó este mundo y Él no se echó para atrás ni lo dejó suelto con toda la vida sobre él para irse girando hacia el espacio. No, Él supervisa este viejo mundo y Él está preocupado con cada detalle del día a día.
La mayoría de cosas vivientes se mueven o cambian de forma en respuesta a un viento de alta velocidad o movimiento de agua. Observe las hojas por ejemplo. Mientras el viento incrementa, las hojas automáticamente cambian de forma con respecto a la dirección del viento para que presten menos resistencia al viento. Las hojas de acebo, se doblan sobre sí a lo largo de la rama, cortando el área expuesta al viento en más del 50 por ciento. Lo mismo es cierto de todo árbol. Como dice el antiguo dicho, el árbol que se dobla con el viento es menos probable que se rompa.
Incluso las personas, cuando enfrentan un fuerte viento, caminan y se mueven diferentes que en una brisa ligera. Recientes estudios científicos sobre la cantidad de arrastre que tienen las cosas vivientes han demostrado que las cosas vivas por lo general ofrecen menos de la mitad de arrastre que los objetos no aerodinámicos como los edificios. De hecho, las cosas vivientes tienen 30 por ciento menos arrastre que los modernos automóviles aerodinámicos.
Dios no ha dejado ningún detalle suelto en Su diseño de la creación. La tecnología moderna aún tiene que salir con mejores diseños, incluso en esta simple área de ingeniería. ¡Nada ha sido dejado a la casualidad!
Prayer:
Amado Padre celestial, estoy agradecido que no hay tal cosa como la casualidad. Ayúdame a recordad que Tu sigues tan involucrado en la creación como siempre. En nombre de Cristo Jesús. Amén.
Notes:
Life’s devices: the physical world of animals and plants, Steven Vogel, (Princeton University Press, 1988), p.146.