Experimamos sangre
Efesios 2:13
“Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo”.
La sangre es una maravilla bioquímica. La sangre trae nutrición a nuestras células y remueve los desperdicios de ellas. También trae a nuestras células oxígeno para la vida y sirve como una tubería para el sistema de comunicación química de nuestro cuerpo. Los investigadores médicos que estudian la hemoglobina permanecen desconcertados por ello porque agarra oxígeno mucho mejor de lo que debería.
La mayoría de nosotros pensamos en la hemoglobina como aquella molécula en nuestra sangre que agarra oxígeno de nuestros pulmones y lo lleva a las células que lo necesitan. Los científicos en el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y de Riñón en Bethesda, Maryland, han aprendido que este retrato popular sobre la hemoglobina es demasiado simple.
Cuando la hemoglobina absorbe oxígeno, cambia de forma ligeramente con cada molécula de oxígeno añadida. Este cambio de forma se pensaba que limitaba la cantidad de oxígeno que una molécula de hemoglobina podía cargar. Sin embargo, los investigadores han encontrado que mientras la hemoglobina cambia de forma, también empieza a absorber agua. Una molécula de hemoglobina absorbe por lo menos 60 moléculas de agua. El agua relaja a la hemoglobina para que pueda cargar aún más oxígeno. Los científicos dicen que el agua hace que la hemoglobina sea de 100 a 1.000 veces más eficiente. Los estudios continúan arrojando resultados en cuanto a cómo funciona la hemoglobina. Se espera que lo que se aprenda algún día permita a los científicos que desarrollen sustancias de sangre que lleven oxígeno.
La sangre es una maravilla de nuestro Creador. Sin embargo, ningún substituto podrá ser encontrado por la sangre derramada de Cristo Jesús en la cruz del Calvario por nosotros para el perdón de nuestros pecados. Sólo por medio de Su sacrificio podemos conocer a nuestro amoroso y misericordioso Creador.
Prayer:
Padre, yo me maravillo de cómo creaste la sangre para darnos vida. Me maravillo aún más y te agradezco por el perdón de pecados, que tengo por Tu gracia a través de la sangre de Cristo, derramada en la cruz por mí. Amén.
Notes:
Pennisi, E. 1991. Water boosts hemoglobin’s lust for oxygen. Science News, v. 139, Mar. 23. p. 198.