Físicos sospechosos

Salmos 145:15
“Los ojos de todos esperan en ti y tú les das su comida a su tiempo”.

¿Sabía usted que los renacuajos, los tiburones peregrinos y muchos tipos de ballenas todos se alimentan de la misma manera?  Una gran cantidad de criaturas se alimentan de criaturas suspendidas en el agua.

Físicos sospechososLa mayoría de las personas asumen que los que se alimentan de criaturas suspendidas tienen coladores en sus bocas que permiten que pase el agua, atrapando las diminutas criaturas que han de ser almuerzo. Pero si usted tiene alguna experiencia con los coladores, sabe que rápidamente se atoran, especialmente cuando se intenta filtrar cosas diminutas como las criaturas suspendidas de las que se alimentan.  Por esta razón, muchos de los que se alimentan de criaturas suspendidas no dependen de un colador tanto como dependen de métodos más ingeniosos para separar el almuerzo del agua.

Un método popular es el interceptar a estas diminutas criaturas con una superficie pegajosa.  Otro método crea corrientes de agua al pasar el agua por las agallas o la boca, lo que causa que las partículas de agua se coloquen fuera del agua en movimiento para poder ser tragados.  Pero talvez el arenque y las sardinas tienen el sistema más interesante.  Tienen bolsillos especiales justo sobre sus esófagos que están diseñados de tal manera que mientras pasan agua por las agallas, el flujo de agua causa que las partículas de alimento se compacten en los bolsillos.  Por el simple acto de “respirar”, estas criaturas también obtienen su almuerzo.

La precisión de ingeniería y la genialidad en estos sistemas de alimentación claramente testifica no solo de que hay en realidad un Creador, sino que Él provee para las necesidades de Sus criaturas.

Prayer:
Amado Padre celestial, yo posiblemente no puedo conocer todas mis necesidades, menos suplirlas por mi mismo. En el nombre de Jesús, perdona mi independencia y orgullo y ayúdame a aprender tanto de mi necesidad y que Quien suple eres Tú. En Su Nombre. Amén.

Notes:
Scientific American, Mar. 1990. p. 98.