Romanos 8:22-23

“Sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora. Y no solo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo”.

En  1836, el bien conocido astrónomo Sir John Herschel escribió una serie de artículos para el New York Sun reportando su descubrimiento de vida en la luna.  El contó sobre cómo el vio búfalos, cabras, grullas, pelícanos, playas, bosques, e inclusive hombres murciélagos con alas.  El Sun finalmente admitió que toda la historia había sido una broma, y la mayoría del público se divirtió.

El día de hoy hay tanta información en cuanto a la vida en la luna y en otros planetas como hubo en 1836.  Al explorar los otros planetas de nuestro sistema solar, crece la evidencia de que hay poca esperanza de que otra vida sea encontrada en el espacio. Los evolucionistas por supuesto, esperan que se encuentre vida en el espacio.  Ellos piensan que si la vida evolucionó en la tierra ciertamente debe haber evolucionado en otras partes también.  En una conferencia popular sobre si hay vida en el espacio, uno de los astrónomos más famosos de hoy, el Dr. Robert Jastrow, dijo que la pregunta era “esencialmente una controversia religiosa”.

Que la pregunta de la vida en el espacio es una pregunta religiosa es una comprensión importante.  Muchos evolucionistas ven que el descubrimiento de la vida en el espacio como el clavo final en el ataúd del cristianismo y prueba de su religión de evolución.  No lo sería, por supuesto.

La Biblia no ofrece ninguna declaración clara sobre el asunto, aunque la mayoría de los estudiosos creyentes en la Biblia concluyen que la Biblia implica que la vida material existe solo en la tierra.  Sin embargo, nuestra exploración del espacio nos ha enseñado que nuestra tierra es un lugar muy especial, diseñado cuidadosamente solo para la vida.
Oración: 

Amado Padre, Te agradezco por una tierra tan hermosa que aún después de la destrucción causada por el pecado, la belleza a nuestro alrededor todavía nos hace pensar en Ti. Ayúdame a añadir mis palabras a este testimonio. En nombre de Cristo Jesús. Amén.

 

Notas: 

The great moon hoax. Science Digest, Nov. 1985. p. 80. DeGarmo, S. 1984. A religious controversy. Science Digest, Jan. p. 8.

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