La ciencia de estacionar su auto
Isaías 4:6
“y habrá un abrigo para sombra contra el calor del día, para refugio y escondedero contra el turbión y contra el aguacero”.
Es un día de verano soleado y caluroso y, está buscando un lugar para estacionar su auto. Como usted sabe que va a estar ausente durante varias horas, busca un lugar con buena sombra para que su auto esté más cómodo cuando vuelva. O sea que se trate de un día tempestuoso de invierno con temperaturas bajo cero. Esta vez estacionaría su auto donde haya tanta luz solar como sea posible, de modo que la luz del sol que entra por las ventanas, caliente el interior de su auto mientras está ausente.
Lo que usted está haciendo es practicar lo que los científicos llaman termorregulación conductual. A través de la experiencia, aprendemos a adecuar nuestro comportamiento en relación a estacionar el auto para que encaje con las condiciones climatológicas. Pero, ¿sabía usted que los animales y las plantas también saben cómo adecuar sus cuerpos para ayudarlos a mantenerse calientes o fríos?
Los insectos y reptiles son especialmente hábiles en hacer esto. En un día frío, por ejemplo, un insecto ajustará su posición, de modo que intercepte toda la luz solar que sea posible. Los lagartos y serpientes se echan al sol en los días fríos, y en los días cálidos buscan alivio en la sombra o en madrigueras subterráneas.
Sorprendentemente, las plantas, también saben cómo adecuar sus posiciones. El árbol de seda, por ejemplo, tiene hojas que puede mover en tres posiciones diferentes dependiendo si necesita mantenerse frío o si necesita más calor.
Lo más probable es que alguien le enseñó dónde estacionar su auto para obtener el máximo confort. O fue lo suficientemente inteligente como para averiguarlo. Pero sólo pudo haber sido Dios quien enseñó esto a los animales y a las plantas.
Prayer:
Padre Celestial, como Tú has provisto para la comodidad y la supervivencia del menor de Tus criaturas, sé que puedo confiar en que estás proveyendo para mí también. Amén.
Notes:
R. Allen, Plumas a prueba de balas, p. 121 (University of Chicago Press, 2010). Foto: Durante climas fríos, los azulejos de garganta azul se mantienen calientes al acurrucarse. Cortesía de Blalonde. (CC-BY-SA 4.0 Internacional)