La ciencia disiente afirmaciones sobre la meditación
Salmos 119:148
“Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tus mandatos”.
Muchas personas promocionan la meditación como inofensiva y saludable. Y claro está, que este interés creciente de la meditación no se lo puede separar de la popularidad acrecentada de las religiones orientales y de la Nueva Era.
Muchos no relacionan la afirmación que la meditación oriental reduce el stress en la misma suerte que las afirmaciones mágicas de la Nueva Era perpetradas por los cristales. Desafortunadamente, aun los niños en las escuelas públicas pasan por ejercicios de meditación oriental.
La meditación oriental ha sido recomendada a menudo como un tratamiento para la hipertensión. Sin embargo, nadie ha estudiado nunca los argumentos médicos de la meditación para ver si son ciertos. A la sazón los resultados de tal estudio fueron publicados en el Journal of the American Medical Association (Revista de la asociación médica norteamericana). Donde investigadores gubernamentales estudiaron los efectos de la meditación oriental en más de 2.100 hombres y mujeres con hipertensión. Ellos concluyeron en su estudio que la meditación oriental no es efectiva en bajar la presión sanguínea. Sin embargo, es cierto que hay cambios en las ondas cerebrales de alguien que está meditando. Las ondas cerebrales normalmente cambian cuando un tipo de actividad mental es reemplazado por otro. Por lo tanto, la meditación oriental no es una elección particularmente buena para producir ondas cerebrales asociadas con la paz mental.
La meditación oriental no es inofensiva tampoco. Ésta puede abrir la mente a influencias negativas. Y aquellas afirmaciones de que pueden reducir los efectos del stress han sido científicamente comprobadas como falsas. Regresemos a nuestra Biblia y digamos con el Salmista, “Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tus mandatos”.
Prayer:
Padre, te agradezco que nos hayas dado Tu Palabra cierta en las Escrituras y también tu Palabra encarnada para nuestra salvación. Incrementa mi entusiasmo de meditar en Tu Palabra. En nombre de Cristo Jesús. Amén.
Notes:
“20 medical stories you may have missed.” U.S. News & World Report, Aug. 3, 1992. p. 58.