Efesios 1:3-4
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de él.”

La historia de la Navidad empieza con el principio de la obra del Hijo de Dios.  Y su primera obra está registrada en Génesis capítulo 1.  Fue la historia de Su amor por nosotros lo que le llevó a renunciar a la gloria, belleza y perfección del cielo para venir a nuestro mundo sucio, polvoriento, lleno de dolor. Esta obra no empieza en Belén, ni en los profetas del Antiguo Testamento.  Debemos regresar al principio de Su historia a fin de que su nacimiento no se convierta en simplemente el principio de otra historia de vida trágica y malentendida.  

La cruz de Gólgota yace firmemente plantada en el primer capítulo del Génesis.  Aún antes de la creación, el dolor y sufrimiento de Cristo en aquella estructura áspera, estaba anticipado.  Efesios 1:4 revela que aún antes de la fundación del mundo el plan de salvación de Dios ya estaba en su lugar.  

Inclusive los ásperos soldados romanos sabían que Su manto no podía ser cortado en pedazos sin destruirlo.  Así mismo, la Biblia es una pieza completa-tejida de un solo hilo.  El cortar cualquier cosa de esta, deja todo por desenredar.  Quitar el principio de la historia de La Palabra y Su obra en el Génesis, es quitar la base sobre la cual Su obra de salvación está fundamentada.

Si, la historia de Navidad es más que la historia del nacimiento de un bebé importante.  ¡Es el centro de la historia de la creación en sí!
  

Prayer:
Te agradezco, Señor, que Tú me hiciste. Y te agradezco porque cuando yo estaba perdido en pecado y era tu enemigo, Tú me buscaste con un plan ideado desde antes de la fundación del mundo. Ayúdame a amar a otros como Tú me has amado a mí. Amén.

Notes:
Bartz, Paul A. 1984. The creating world made flesh. Bible-Science Newsletter, Dec. p. 1.

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