LA PERSONALIDAD DE LA BACTERIA

Salmos 138:6

“Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, pero al altivo mira de lejos”.

Los científicos están aprendiendo que inclusive la minúscula bacteria tiene mente y memoria.  Nuevas investigaciones muestran que la mente, la memoria, el cerebro, y la personalidad no evolucionaron.  Estas pueden encontrarse en las más minúsculas criaturas, incluyendo la bacteria.

Otra señal de inteligencia en una forma de vida es la habilidad de aprender.  Utilizando substancias que atraen y que repelen, los científicos han encontrado que la bacteria puede aprender de sus alrededores y sacar conclusiones.  Exámenes de control mostraron que ellas luego recuerdan lo que aprendieron.  Los científicos inclusive han encontrado que las bacterias más jóvenes aprenden mejor que las más adultas.  ¡Si algunas cosas no se aprendieron de joven, nunca se pueden aprender!  ¡Parece ser que es difícil enseñar a una vieja bacteria nuevos trucos!

La más grande sorpresa de todo vino cuando los científicos descubrieron que la bacteria tiene lo que los investigadores llama personalidad individual.  Están desconcertados de cómo las bacterias, cada una con la misma estructura genética y del mismo ambiente, pueden desarrollar rasgos únicos en el comportamiento.  Porque encontramos personalidad individual inclusive en la minúscula bacteria, sabemos que eso no evolucionó.

El que Dios hubiese dado inclusive a la bacteria el regalo de la personalidad nos muestra algo de Su mente hacia nosotros.  Nada es demasiado pequeño o carente de importancia que escapa Su atención.  Desde que Él envió a Su Hijo Jesucristo a rescatarnos de la decadencia que está en el mundo debido al pecado, no hay ninguna fuerza demasiado grande que Él no pueda vencer.  Ciertamente Él es un Dios de detalles así como un Dios de amor, Quien está preocupado de cada individuo entre nosotros.
Oración: 

Señor, inclusive Tu creación muestra como Tú estás preocupado por cada cosa viviente. Nunca permitas que yo dude en cuanto a Tu preocupación sobre cada detalle de mi vida y ayúdame a comunicar Tú cuidado a aquellos a mi alrededor. Amén.

 

Notas: 

Pietsch, Paul. 1983. The mind of a microbe. Science Digest, Oct. p. 103.