La Preservación De Darwin De Las Razas Favorecidas
Hechos 17:26
“Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación…”
No cabe duda en mi mente de que Charles Darwin era un racista. El título completo y largo de su libro más famoso fue Origen de las especies por medio de la selección natural o La conservación de las razas favorecidas en la lucha por la existencia. En defensa de Darwin, a menudo se argumenta que muchos ingleses de su tiempo eran racistas. Eso es cierto, hasta cierto punto, pero sólo porque la mayoría de la gente de la época no había entrado en contacto con personas de otras razas. La visión de Darwin del pueblo fueguino en Sudamérica, por ejemplo, era más que solo el “Chauvinismo Europeo”. Él escribió:
Es imposible imaginar la diferencia que existe entre el hombre salvaje y el hombre civilizado… Al ver a tales hombres, uno difícilmente puede creer que son semejantes a las criaturas y habitantes del mismo mundo. Es un tema común de conjeturas, qué placer que en la vida pueden disfrutar algunos de los animales inferiores: ¡cuánto más razonablemente puede hacerse la misma pregunta a estos bárbaros!
Que la actitud de Darwin no era necesariamente típica se muestra en la visión del Explorador William Parker Snow, quien escribió:
Muchos de los fueguinos en las islas del este estaban bien y algunos de ellos incluso eran hombres apuestos. Sé que esto es bastante diferente a lo que el Sr. Darwin dice de ellos: pero solo puedo hablar de lo que yo encontré, y por lo tanto menciono lo que vi.
Snow sabía que todas las personas son descendientes de Adán. Un punto de vista bíblico es un anatema para el racismo.
Oración: Señor, te alabamos por todas las personas que has puesto en esta Tierra. Sabemos que somos todos descendientes de aquel Adán y, por lo tanto, todos necesitamos un Salvador, Jesús Cristo, el último Adán. Amén.
Ref: Grigg, R. Darwin y los fueguinos, Creación, 32(2):42-45 de abril de 2010. Imagen: Darwin en 1854, de dominio público.
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