La sentencia de muerte del cristianismo?

Salmo 2:4
“El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos”.

“Creo que la evolución es absolutamente la sentencia de muerte del Cristianismo”. No, éstas no son mis palabras. Estas palabras fueron pronunciadas por Frank Zindler un hombre ateo, y dejan muy en claro de lo que en realidad se trata el debate de los orígenes. No es nada menos que la línea del frente en la batalla entre dos creencias que son incompatibles.

ateo norteamericano Frank ZindlerMitológicamente, paso a paso, Zindler describió cómo había llegado a esa conclusión. “El efecto más devastador que la biología le hizo al Cristianismo”, dijo, “fue el descubrimiento de la evolución biológica.” En otras palabras, él empieza por declarar que la evolución ha sido comprobada, lo que, como saben, está muy lejos de la verdad.

Luego, continúa diciendo que la evolución significa que Adán y Eva nunca existieron realmente. En sus propias palabras, “Ahora que sabemos que Adán y Eva nunca fueron personas reales, el mito central del cristianismo es destruido”.

Y ¿por qué es eso? Él continua, y cito: “Si nunca hubo un Adán y Eva, nunca hubo un pecado original. Si nunca hubo un pecado original, no hay necesidad de salvación. Si no hay necesidad de salvación, no hay necesidad de un salvador. Y, yo sostengo que eso pone al Jesús, histórico u otro, en las filas de los desempleados”.

Sí, los ateos tontamente creen que la evolución es la sentencia de muerte del Cristianismo. En realidad, la biología – con su realidad establecida de que la vida sólo proviene de la vida – apunta directamente a nuestro Creador. La Biología es, en realidad, la sentencia de muerte del ateísmo y la evolución.

Prayer:
¡Señor Jesús, Te pido que me utilices para ayudar a los demás a que vean que la vida sólo proviene de la vida y que la Vida original que empezó todo fuiste Tú! Amén.

Notes:
Frank Zindler cita tomada deL debate con William Lane Craig celebrado en 1993 en Willow Creek Community Church. Foto: ateo norteamericano Frank Zindler.