Salmo 27:4
“Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré: que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová y para buscarlo en su Templo”.

La mayoría de aves del paraíso construyen una choza de dos y medio pies de altura por seis pies de diámetro.

Sin embargo, los científicos han descubierto dos diferentes grupos de aves del paraíso construye-torres.  Estas aves únicas se encuentran en las montañas Kumawa en Nueva Guinea.  Cada ave construye hasta cinco torres, cada una hasta cinco pies de alto, esperando atraer a la hembra.  Las construye-torres no simplemente tejen palitos, como lo hacen otras aves del paraíso.  Sino más bien, al tejer los palitos, también los pegan, posiblemente utilizando su saliva.  Estas importantes construcciones pueden pesar hasta 70 libras.  

Las construye-torres del Kumawa decoran sus jardines y el interior de sus torres con artículos de varios colores.  Más aun, las construye-torres prefieren diferentes decoraciones que el resto de aves del paraíso.  Una de las decoraciones favoritas es la hoja de pándanos, que puede tener una longitud de tres a seis pies.  A estas hojas se las inclina contra las torres.  Otras decoraciones pueden incluir 1.000 o más conchas de caracol, bellotas, piedras negras y piedras blancas.

Los evolucionistas admiten que están desconcertados de cómo explicar el comportamiento de las aves del paraíso.  La evolución no puede explicar este comportamiento extraño, ni puede explicar el gusto por la belleza y el color.  Sin embargo, si reconocemos que las aves del paraíso son la obra del Dios Creador, quien también hizo los amaneceres y los atardeceres, las aves del paraíso siguen siendo una maravilla, pero no son ningún misterio.
  

Prayer:
Te agradezco, Señor, porque inclusive luego de que el pecado haya arruinado Tu creación, aún se puede ver tanta belleza. Concédeme un mayor aprecio por la belleza espiritual de Tu verdad y por las dádivas de Tu gracia. Amén.

Notes:
Diamond, Jared. 1984. The bower builders. Discover, June. p. 52.

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