1 Pedro 5:6-7
“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte a su debido tiempo. Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”.

La infestación de una oruga de polilla gitana puede despojar las hojas de grandes números de árboles, amenazando las vidas de los árboles.  Ya que no tienen un medio de escape, parece como si los pobres árboles no tuvieran mucha oportunidad.

Las guerras de árbolesPero los botánicos cuando empezaron a investigar fueron alertados de la posibilidad de que los árboles no son tan indefensos, porqué sólo unos pocos árboles eran dañados por insectos en un bosque infectado mientras que la mayoría se encontraba ileso.  Ellos descubrieron que cuando enfrentan una amenaza como la de la oruga de polilla gitana, los árboles empiezan a defenderse al sonar la alarma.  Una gran cantidad de árboles – incluyendo hayas, álamos, arces sacarinos y robles rojos – se comunican entre sí.  Los científicos creen que los árboles se comunican al liberar químicos llamados feromonas al aire.  Lo que ahora saben es que antes de que los insectos que atacan a un árbol puedan llegar al siguiente, el segundo árbol ya ha empezado a defenderse.

¿Cómo se defienden a sí mismos? Cuando están bajo ataque o son notificados por otros árboles del ataque, la mayoría de árboles empiezan a fabricar una variedad de venenos.  Algunos de los venenos hacen que las hojas sean imposibles de digerir mientras que otras matan de frente al insecto.  Algunos hacen hasta ocho venenos a la vez, y muchos pueden cambiar los venenos que se hacen de año a año.

La preocupación de nuestro Creador por las cosas vivientes se extiende incluso a las plantas.  ¿Si Él se preocupa hasta este punto de los detalles en los árboles, puede haber algo en nuestras vidas que sea demasiado pequeño para Su amor?

Prayer:
Señor, perdóname por aquellas veces cuando he pensado que un problema o preocupación mía era demasiado pequeño para entregarte. Continúa urgiéndome a estar más cerca de Ti y más dependiente de Ti. Amén.

Notes:
Brownlee, Shannon. 1983. The silent battle. Discover, Sept. p. 28.

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