Jeremías 31:2
“Así ha dicho Jehová: ‘El pueblo que escapó de la espada halló gracia en el desierto, cuando Israel iba en busca de reposo’”.

Charles Darwin fue quien popularizó la frase “supervivencia del más fuerte”.  Desde entonces, esta idea de que el cambio evolucionista está guiado por la necesidad de supervivencia ha sido esencial a la idea de la evolución.  Los evolucionistas examinan cada rasgo de una planta o animal para intentar determinar el por qué ese rasgo evolucionó para ayudar a esa criatura a sobrevivir.  Los investigadores han modelado la supervivencia utilizando dos criaturas con diferentes rasgos.  Cada rasgo dio a las dos criaturas ventaja del uno hacia otro en diferentes situaciones.  Cuando las condiciones favorecen a una de las criaturas, ésta prospera, mientras que la otra sufre a menos que evolucione alguna ventaja.  Aunque que estos simples modelos a menudo aparecen en libros de texto, tales situaciones tan simplistas casi nunca ocurren en la vida real.

Recientemente, los investigadores en los Países Bajos construyeron un modelo más complejo de condiciones cambiantes basado en la vida real.  Ellos examinaron poblaciones de fitoplancton donde 20 a 40 especies de algas y diatomas pueden existir en un centímetro cúbico de agua.  Utilizaron una computadora para modelar varias necesidades de cada especie y los recursos a su disposición.  Y cuando una especie prospera, prepara las condiciones para que otras especies prosperen al utilizar los recursos que prefiere.  Al final, quien está prosperando entre las 20 a 40 especies varía en el tiempo, pero no hay ninguna competencia mortal para la supervivencia.

Nuestra supervivencia depende, no de los principios de supervivencia del más fuerte, sino de la provisión de nuestro Creador de gracia.

Oración: Te agradezco, Amado Padre, porque mi vida depende de Ti.  Amén.

 Ref: Science News, “Las algas no necesitan ser las más aptas para sobrevivir”, 27/11/99, pps., 340341.  Foto: Algas en roca – Pixabay.com.

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