Salmos 119:105
“Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino”.

Cuando uno está perdido en un bosque sin claves de donde ir, los humanos tienden a ir en círculo.  Y nosotros tenemos cerebros.  Las amebas, que no tienen cerebros, de alguna manera logran no ir en círculos cuando no tienen idea de dónde ir.

Normalmente, las amebas buscan alimento al seguir un olor.  Cuando las amebas detectan algo bueno para comer, se mueven en esa dirección al extender partes de su cuerpo llamadas seudópodos.  Sin embargo, cuando no hay olores para seguir, muchas criaturas unicelulares tienden a vagar sin rumbo.  Esto resulta ser una estrategia muy eficiente para encontrar alimento.  Esto es debido a que, igual que los humanos, ellos terminan vagando en círculos.  Pero después de estudios cuidadosos, los investigadores de la Universidad de Princeton han concluido que las amebas de algún modo logran evitar este problema.  De alguna, aunque no tienen cerebro, parece que recuerdan donde han estado.  Ellos sugieren que al formar seudópodos causa un tipo de cicatrización temporal en su pared celular que sirve como un tipo de memoria.

Aunque las amebas solo están buscando comida, nosotros en última instancia estamos en busca de una eternidad con nuestro Creador.  Muchas personas no saben  ni creen en la Palabra de Dios y terminan con vidas que vagan en círculos espirituales.  Pero la Palabra de Dios trae la luz del cielo a nuestras vidas que alumbra el camino hacia el cielo a través del Señor Cristo Jesús.

Prayer:
Padre, gracias por la luz de Tu Palabra en este mundo oscuro. Ayúdame a siempre caminar en su luz. Amén.

Notes:
Science News, 3/31/07, p. 205, D.C., “How smart are amoebas?”

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