Los tomates saltarines

Éxodo 8:2
“Y si no lo quisieres dejar ir, he aquí yo castigaré con ranas todos tus territorios”.

“Qué tomate de aspecto tan delicioso”, se dice a sí mismo. ¡Pero al alcanzarlo, ese tomate rojo y brillante de repente cobra vida y salta en búsqueda de su propia comida! Ese “tomate” que casi agarra es en realidad una rana tomate, una criatura que se encuentra solo en la isla de Madagascar.

Rana TomateJusto antes de que la rana saltara fuera de su alcance, infló su brillante cuerpo rojo porque le consideró como una amenaza. Afortunadamente para usted, la rana no se acercó para nada a sus labios. Verá, cuando un depredador muerde a una rana tomate, la piel de la rana segrega una sustancia espesa que pega la boca y los ojos del depredador – un magnífico mecanismo de defensa que nos recuerda el moco secretado por el pez hiperotretos.

De acuerdo con un libro llamado Animales Impresionantes, la evolución es la razón por la cual la rana tomate es de un color rojo brillante. Los autores dicen que está imitando el color brillante de la rana venenosa punta de flecha de América Central. ¡Pero, espere un minuto! No hay  ranas venenosas punta de flecha en la isla de Madagascar, por lo tanto, ¿cómo podría el color brillante de la rana tomate ser atribuido a la imitación? ¡No se puede imitar a un sapo que ninguna criatura ha visto en la isla!

Una vez más, cuando usted es un evolucionista, la evolución da cuentas de absolutamente todo en la naturaleza. Los creacionistas rechazan ese tipo de pensamiento. Nosotros estamos convencidos de que Dios ha bendecido la isla de Madagascar, con un gran número de criaturas únicas y coloridas. Y, a cada una de ellas le fue dada la combinación idónea de características por su Creador.

Prayer:
Padre Celestial, a pesar de que muchas personas consideran que las ranas son espeluznantes, sé que Tú las creaste para ser una parte esencial de nuestro ecosistema. Por lo tanto, espeluznantes o no, yo te alabo incluso por las humildes ranas. Amén.

Notes:
“Rana Tomate”, Asombrosos Animales, T. Flannery y P. Schouten (Atlantic Monthly Press, Nueva York ), págs. 122-123. Foto: Rana Tomate. Cortesía de © Alfeus Liman.