Los trabajadores fugaces del cuerpo

I Corintios 12:18
“Pero ahora Dios ha colocado cada uno de los miembros en el cuerpo como él quiso…”

Dentro de su cuerpo hay una gran y sorprendente familia de trabajadores químicos que, aunque duran por lo general menos de un minuto, hacen que la vida sea posible.  Hay tantos tipos de estos químicos, llamados prostaglandinas de quienes la ciencia recién está empezando a conocer cuan importantes son para la vida.

Los trabajadores fugaces del cuerpoLas prostaglandinas están hechas de casi cada tejido en su cuerpo.  Son hechos de células de tejido de los ácidos grasos almacenados.  Cuando son accionados, los ácidos grasos salen en enjambre de las paredes de la célula y rápidamente son cambiados a la prostaglandina necesaria.  Las prostaglandinas están involucradas en regular la reproducción, la respiración y la circulación, entre otras cosas.

Las prostaglandinas hechas por las células que revisten nuestros vasos sanguíneos relajan los músculos a su alrededor para que más sangre pueda fluir entre ellos.  Las plaquetas también producen otra prostaglandina; cuando es activada, permite que la sangre coagule y selle las heridas.  En los pulmones, las prostaglandinas regulan las aperturas de los pasajes de aire.  Ayudan a proteger el interior de su estómago.  Es debido a que la aspirina inhibe la producción de prostaglandinas que ayuda con los dolores de cabeza y puede causar problemas estomacales en algunas personas.  Las prostaglandinas  han sido implicadas en la inflamación y dolor de las articulaciones causadas por la artritis.

El cuerpo humano es literalmente una sinfonía de miles de sistemas cuidadosamente diseñados, cada uno funcionando en armonía con el otro y todos funcionando juntos.  Este solo hecho no deja ninguna justificación para la afirmación de que fuimos diseñados por accidentes genéticos.

Prayer:
Señor, Te agradezco que yo fui hecho maravillosamente. Entiendo que es debido al pecado que a veces nuestros sistemas no funcionan como Tú los diseñaste. De acuerdo a Tu voluntad, dame sanidad en esos casos, pero siempre permite que esté consciente de Tu amor y presencia en mi vida. Amén.

Notes:
Shodell, Michael. 1983. “The prostaglandin connection.” Science 83. p. 78.