Olor milagroso

Filipenses 4:18
“Pero todo lo he recibido y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis, olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios”.

Se conoce comúnmente que muchos animales pueden detectar olores extraordinariamente débiles.  El verdadero misterio es como pueden oler aromas que son 1.000 veces demasiado débiles para producir las reacciones químicas necesarias para crear una señal de aroma.

Desde el punto de vista químico, nuestro sentido de olfato no debería funcionar tan bien como lo hace.  Cuando usted olió el aroma de aquella cena maravillosa hace algunos días atrás, una amplia maravilla de reacciones químicas estaban dándose en su nariz.  Los científicos todavía no están seguros como es posible que nosotros olamos un rango tan amplio de olores.  Y, mientras investigaban esta pregunta, fue que los científicos se tropezaron con la respuesta a otra pregunta.

Los receptores en nuestras narices tienen que detectar un cierto número de moléculas de olor antes de que puedan activar la respuesta química que produce la señal que nos dice que hemos olido algo.  Cuando el aire entra en nuestra nariz, un órgano llamado canal de Steno rocía un vapor fino.  Los científicos siempre pensaron que este vapor simplemente humedecía el aire entrante.  Ahora, han descubierto que el canal también hace proteínas que agarran las moléculas de los olores.  Al ser rociadas al aire entrante, las proteínas coleccionan moléculas de olor.  Como resultado, inclusive los olores que son demasiado débiles para oler se concentran por medio de este sistema ingenioso para que los podamos oler.

Nuestro sentido del olfato ayuda a protegernos, da sabor a nuestra comida y añade riqueza a nuestra experiencia de vida.  Es verdaderamente una maravilla del diseño de nuestro Creador.

Prayer:
Te agradezco Padre celestial, por la bendición provista a través de nuestro sentido del olfato. Ayuda a que mi vida sea una ofrenda de olor fragante a Ti en todo tiempo. En nombre de Cristo Jesús. Amén.

Notes:
Vaughan, Christopher. 1990. “Molecular odor eaters.” Science News, v. 133. p. 348.