Lucas 11:21
“Mientras el hombre fuerte y armado guarda su palacio, en paz está lo que posee”.

Nuestro Señor reconoció que en un mundo pecaminoso debemos estar preparados para protegernos.  Lo mismo es cierto en el mundo animal y vegetal.  Cuando se intenta explicar esta verdad con un pensamiento evolucionista, existen algunas serias dificultades.

BurseraExisten muchas plantas que tienen defensas efectivas contra los insectos que las atacan.  Por ejemplo, una planta llamada indio desnudo se defiende a sí mismo con venenos que lanza desde sus hojas cuando ciertas larvas de escarabajos intentan alimentarse de ella.  Sin embargo, las larvas han aprendido a masticar primero ciertas partes de la hoja.  Cuando hacen esto deshabilitan el sistema defensivo de la planta y pueden seguir comiendo la hoja sin temor de ser dañados.  De acuerdo a la evolución, el mecanismo de defensa de la planta y las contramedidas del escarabajo tuvieron que evolucionar conjuntamente: contramedida perfectamente congruente con la defensa, de lo contrario la contramedida resultaría bastante inútil.  La probabilidad que esto suceda, aún si la evolución fuese cierta, es extremadamente remota.  Inclusive los evolucionistas se han dado cuenta de este problema y han publicado sus intentos de explicar como esto puede suceder, pero tales explicaciones están basadas en un complejo fundamento de asunciones evolucionistas y poca evidencia.

De acuerdo a la evolución, estas interrelaciones tan poco probables tuvieron que evolucionar por casualidad muchas veces cuando uno ve todas las defensas que utilizan las plantas y que los predadores pueden burlar.  Los creacionistas ven estos sistemas como creados completamente por nuestro Creador.

Prayer:
Señor, Te agradezco que aunque creaste un mundo perfecto, proveíste para nuestras necesidades en un mundo lleno de pecado.

Notes:
Science News, 11/15: 2003, p. 318, “Chronicling a war of beetle vs. leaf.”
Photo: Bursera. Courtesy of Kurt Stueber. (CC-BY-3.0)

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