I Juan 4:19
“Nosotros lo amamos a él porque él nos amó primero”.

A todos nosotros nos han enseñado que los peces son de sangre fría.  En la mente de muchas personas, tal vez el pez de más sangre fría es el tiburón.  Hoy los científicos han descubierto que Sharkcuatro clases de tiburones pueden elevar la temperatura interna de sus cuerpos.  El por que y como hacen esto, ofrece un testimonio poderoso del amor y provisión del Creador.

Hay una buena razón para que los tiburones tengan hambre casi todo el tiempo.  Ya que rara vez atrapan un atún grande u otra criatura que llene sus necesidades.  Por esta razón, un tiburón puede vivir por semanas de las reservas de grasa almacenada en su hígado.  Asombrosamente, el hígado de un tiburón puede dar cuenta de hasta el 20 por ciento de su peso corporal.  Así que, cuando la ingestión es buena, mientras más rápido puede digerir el tiburón, más comida puede almacenar para tiempos de escasez.

El tiburón incrementa la temperatura de su cuerpo para acelerar la digestión.  Cuando el alimento es abundante, un gran tiburón blanco puede incrementar la temperatura corporal por encima del agua a su alrededor por más de 13 grados (F).  Por lo general el calor generado por los músculos del tiburón se pierde en su mayoría a través de sus branquias.  Sin embargo, cuando se necesita calor para acelerar la digestión, un radiador complejo llamado una “tela milagrosa” entra en acción.  La “tela milagrosa” transfiere el calor de la sangre que va hacia las branquias a la sangre que sale de las branquias.  Como resultado, el tiburón puede digerir y almacenar comida más eficientemente.

El tiburón nos parece difícil de amar.  Sin embargo, su Creador con amor diseño en ellos rasgos especiales tales como la “tela milagrosa” en el tiburón porque El ama a las criaturas que El hizo.  Después de todo, El nos amó a nosotros y envió a Su Hijo a morir por nuestra salvación cuando éramos difíciles de amar.

Prayer:
Amado Padre, Tú me amaste y enviaste a Tu Hijo por mi salvación aunque no lo merecía con amor. Gracias por Tu amor perdonador. Ayúdame a amar a otros con esa misma clase de amor. En nombre de Cristo Jesús. Amén.

Notes:
“The Fire in the Belly of the Beast”. Discover, Feb. 1988. P. 8. Image: Pixabay. (PD)

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