Génesis 11:1
“Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras”.

Luego de un ataque al corazón, un hombre en Baltimore de repente empezó a hablar con un acento escandinavo.  ¡Aunque él no tenía ninguna experiencia con lenguajes a más del inglés, de pronto sonaba nórdico y parecía no estar familiarizado con el inglés!  En las siguientes semanas después del ataque su habla gradualmente retornó a la normalidad.  Luego de tres meses y medio, una vez más hablaba sin un rastro de acento.

An Accent on Language AbilityEsta aflicción es real.  Se llama “síndrome de acento extranjero”.  Es una rara condición en la cual una avería en el cerebro causa que el habla suene como si el que habla tiene un acento extranjero.  Se ha reportado que los norteamericanos también han desarrollado acento alemán, galés, escoses, irlandés e italiano.

Los científicos dicen que el hecho de que el habla siga ciertos patrones de esta forma sugiere algo acerca de la forma en que el cerebro humano esta cableado.  Un creciente número de estudios y experiencias – tal como el “síndrome de acento extranjero” – sugiere que los humanos han sido programados con mucho más que sólo la habilidad del lenguaje.  Algunas de las características exclusivas de lenguajes específicos pueden de hecho estar programadas en nuestros cerebros.

La Biblia nos dice que todos en la tierra hablaban el mismo lenguaje hasta que Dios confundió las lenguas de las personas rebeldes en Babel.  El “síndrome de acento extranjero” sugiere que muchas de las características detalladas del lenguaje pueden haber sido originalmente cableadas en el cerebro.  También nos permite ver que el lenguaje es más que sólo ruidos a los que hemos dado significado.  El lenguaje es el regalo de Dios.

Prayer:
Amado Padre celestial, te agradezco por Tu regalo del lenguaje. Perdóname por los momentos que yo he mal utilizado este regalo y ayúdame una vez más a utilizar el lenguaje en testimonio y adoración a Ti. En nombre de Cristo Jesús. Amén.

Notes:
Rare disorder after stroke puts the accent on brain understanding. Minneapolis Star-Tribune; Oct. 17, 1990. p. 7A.

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