Una elegante colcha de relaciones

Salmos 104:16-17
“Se llenan de savia los árboles de Jehová, los cedros del Líbano que él plantó. Allí anidan las aves; en las hayas hace su casa la cigüeña”.

Existen muchos diseños increíbles a nuestro alrededor que no habrían existido si fuesen el resultado de una casualidad sin sentido.  Muchas aves comen insectos a lo largo del verano.  Mientras que dietas de tan alto contenido proteínico son buenas en la temporada de apareamiento y de reproducción, estas no preparan al ave para sobrevivir el clima frío del invierno.

Lo que necesitan hacer es preparar una capa de grasa, tanto para el almacenamiento de calorías como para la insolación.  Así que, al acercarse el invierno, las bayas que han estado creciendo y madurando durante todo el verano sobre varios arbustos son más numerosas.  El contenido de azúcar más alto del jugo de las bayas ayuda a las aves a rápidamente acumular grasa.  El congelamiento en las frías mañanas de otoño incluso ayuda a incrementar la concentración de azúcar en las bayas.  Lo que es aún más asombroso es que los varios tipos de bayas comidas por las aves maduran de forma escalonada para que la temporada de bayas sea larga y las provisiones siempre estén disponibles.  Por ejemplo, mientras que las provisiones de las bayas del saúco están por terminar, los arbustos de arándanos se encuentran en producción.  A menudo, el plumaje de los críos no llega a tener su color completo sino hasta que comen de los varios pigmentos en las bayas, y estos pigmentos son incorporados en las nuevas plumas.  A cambio, las aves esparcen las semillas de las bayas.

Todos estos sistemas complejos e interrelacionados dependen el uno del otro en un diseño elegantemente afinado.

Prayer:
Padre, gracias por la belleza y canción de las aves que bendicen y enriquecen nuestras vidas. Amén.

Notes:
http://www.startribune.com/templates/Print_this_story?sid=64091192, 10/14/09, Val Cunningham, “Why bushes are better for birds.”