Génesis 1:21 a
Y creó Dios los grandes monstruos marinos…

Hemos hablado sobre el asombroso narval anteriormente en un programa de “Momentos de la Creación”.  Así que me intrigó ver un nuevo artículo sobre el narval en el sitio web de Science Daily.  El artículo se refería a un inusual cráneo de ballena que ha estado en el Museo de Historia Natural de Dinamarca durante 30 años. Un cazador groenlandés disparó a la ballena en la década de 1980. En aquel tiempo, no fue posible confirmar qué era el extraño cráneo. Pero el reciente análisis de ADN ha demostrado lo que algunos científicos ya habían sospechado. Este era el cráneo de una ballena híbrida, cuya madre era un narval y cuyo padre era una beluga.

El cráneo, que es más grande que los cráneos de cualquiera de las ballenas progenitoras, contenía una serie de dientes largos y en espiral, algo similares al colmillo único del narval. La existencia de estos inusuales dientes parece haber impedido que el híbrido se alimente de la misma manera que sus padres. Mientras que los narvales como las belugas se alimentan en la columna de agua, el híbrido tuvo que forrajear en el fondo del océano.

Como creacionistas, no nos hacemos problema para entender por qué es posible tal híbrido. Ambas ballenas progenitoras son miembros de la misma familia de ballenas: monodontidae. Como hemos mencionado antes, el tipo bíblico creado, o baramin, normalmente se identifica con el nivel familiar en una taxonomía de tipo evolutivo. Tampoco nos sorprende que la mutación causada por esta hibridación sea desfavorable para la criatura, y es probable que el nuevo rasgo vuelva a desaparecer.

Oración: Señor, nos maravillamos de la forma que Tú has creado a todas estas criaturas, y les has dado la información interior, con la cual responder, crecer y adaptarse. Amén.

Ref: Universidad de Copenhague. “Los narvales y las belugas pueden cruzarse”. ScienceDaily, 20 de junio de 2019. <www.sciencedaily.com/releases/2019/06/190620100011.htm>. Imagen: Una beluga y un narval, imagen de dominio público.

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