2 Reyes 23:10
“Asimismo profanó el Tofet, que está en el valle del hijo de Hinom, para que ninguno pasara su hijo o su hija por fuego ante Moloc”.

Aquellos que toman la Biblia seriamente recordarán los numerosos pasajes donde Dios condena las costumbres paganas de sacrificar al primogénito al dios, Moloc.  Estos niños tenían tan solo semanas o meses y eran quemados vivos como un sacrificio de expiación, esto es, ofrecer una vida a favor de otra.  Los Cananitas sacrificaron miles de niños de esta forma cuando su nación estaba amenazada.  Dios ordenó la completa destrucción de los Cananeos.

Nosotros podríamos preguntarnos, ¿es esta una lección necesaria para las personas vivientes en el iluminado siglo veinte y uno?  Tristemente, lo es porque lo mismo todavía está siendo practicado en América y en el Occidente hoy en día.  Claro, los nombres han cambiado, Moloc no es adorado, mientras que los fuegos se han convertido en los incineradores pero el motivo sigue siendo el mismo: una vida por una vida.  El aborto inmediatamente vuelve a la mente donde el estilo de vida de la madre puede continuar por el sacrificio del feto, en partes, en un incinerador.  Sin embargo, el paso nacional de sacrificio ahora está siendo acelerado por la investigación de células madres embrionarias.  Las células madres son cosechadas de un huevo humano fertilizado y lo que sobra se bota con otros tejidos en el incinerador.  El objetivo de la investigación es el poder curar, digamos, a un paciente de Alzheimer al inyectar su cerebro con células madres.  El principio permanece el mismo: “una vida por una vida”.  Y Dios todavía lo desaprueba.

Prayer:
Amado Señor Jesús, Tú has llamado a Tu pueblo a ser buena levadura en el mundo. Ayúdame a ayudar a otros a ver que nuestra Nación está en peligro al permitir estas prácticas que causaron la total destrucción de los Cananitas. Amén.

Notes:

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