Único

I Pedro 5:6-7

“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte a su debido tiempo. Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. 

Cada segundo nuestro sol lanza energía que iguala a más de cuatro y medio millones de caballos de fuerza en cada kilómetro cuadrado de la tierra.  Sin embargo la tierra recibe menos de una décima de un por ciento de la energía del sol.

Nuestra galaxia contiene 100 billones de estrellas, de las cuales nuestro sol es solo el promedio.  ¡Verdaderamente el poder de Dios es tan grande que ni siquiera podemos medir la relativamente pequeña cantidad de poder que Él ha utilizado para energizar el cosmos!

Esto hace que muchas personas pregunten, “¿Cómo puede un Dios tan grande tener cuidado de nosotros?”  A pesar de todo lo hace, y nos ha mostrado que lo hace.  Él ha escrito un código genético único que le describe a usted y solo a usted.  Si su código único fuese escrito como información en un libro promedio hoy en día, tomaría más de un millón de páginas para describirlo a usted.  ¡En todo el universo, solo hay uno de usted!  ¿Por qué Dios ha hecho todo este trabajo por usted?  Porque Él quería llegar a conocerlo a usted, amarlo, y tener una relación con usted.

Esta es la razón por la cual Dios envió a Su único Hijo al mundo.  Ese Hijo de Dios, Jesucristo, vivió una vida perfecta que fue del agrado de Dios.  En contraste, todos nosotros nos hemos ido por nuestros propios caminos y casi hemos arruinado la creación de Dios.  Pero el Hijo de Dios murió en la cruz por nosotros para que podamos ser perdonados.  Dios aceptó este sacrificio en nuestro beneficio y esto fue comprobado por la resurrección de Cristo de los muertos.  Usted puede aprender más acerca del amor especial de Dios por la persona única que usted es en la Biblia.

Oración: Te agradezco, Padre, porque me creaste.  Te agradezco Señor Jesucristo, que  viviste una vida perfecta en mi lugar y luego tomaste mis pecados en la cruz, y resucitaste otra vez.  Te agradezco, Santo Espíritu, que me has dado fe dentro de mí para que pueda pasar la eternidad con mi Dios y Salvador. Amén.