Salmos 94:9
“El que hizo el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá?”

Algunas estructuras biológicas son tan complejas que los científicos evolucionistas dicen que tomaron muchos años para evolucionar.  Al mismo tiempo, y por lo general inexpresado, es el hecho de que estas estructuras solo funcionan en su forma final – las formas en evolución no tendrían ningún valor de supervivencia.

Diagram: The inner ear. En los órganos de audición de su oído se encuentra el complejo sistema que le ayuda a mantener su equilibrio.  Este sistema está hecho de cavidades llenas de fluido y canales semicirculares que están llenos de fluido.  Estos órganos proveen un flujo constante de información a su cerebro junto con lo que usted ve y toca, para decirle donde está en el espacio.  La clave para este sistema son los cristales de calcio llamados otolitos que literalmente significan “piedras del oído”.  Estos otolitos se mantienen dentro de una membrana gelatinosa.  Incline su cabeza hacia la derecha y la gravedad causa que los otolitos se choquen contra pelos diminutos que envían señales químicas a su cerebro.  Si estas piedras del oído se liberan, se chocan contra los pelos equivocados.  Esto resulta en que el cerebro reciba señales que no están de acuerdo con lo que usted está viendo.  Estas señales contradictorias producen vértigo.

Nuestro elegante y preciso sistema de equilibrio nos es inútil excepto en su forma final.  Este simple hecho descarta cualquier origen evolucionista.  La alternativa obvia es que nuestro sistema de equilibrio junto con todo lo demás que existe tiene un sabio Creador.

Prayer:
Señor, Yo te alabo por poner Tus huellas en toda la creación. Amén.

Notes:
Minneapolis Star Tribune, 9/24/00, p. E3, “How to stop the world from spinning.” Diagram: The inner ear. Courtesy of Blausen.com staff. (CC BY 3.0)

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