Eclesiastés 1:9

“¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará, pues nada hay nuevo debajo del sol”.

El sujetador de lazo y gancho llamado velcro ha mejorado mucho desde su primera aparición.  El velcro va al espacio como un sujetador liviano y fácil de usar.  Aquí en la tierra está reemplazando todo desde los cordones de los zapatos de niños hasta los botones y cierres en abrigos.

Sin embargo, los humanos no fueron los inventores del sujetador de lazo y gancho.  Las plantas fueron las primeras en usar este principio.  Los científicos aprendieron este principio cuando estaban revisando historias de cómo las hojas de fréjol eran usadas para atrapar chinches durante la II Guerra Mundial.  Ellos descubrieron que los pelos en forma de ganchos por debajo de las hojas de fréjol en realidad si atrapaban los chinches junto a sus pies.  Los chinches se mantenían atrapados a las hojas hasta que se morían de hambre.  En la naturaleza, los pelos en forma de gancho atrapan insectos, dejándoles sin poder comer las hojas de las plantas de fréjol.   Más investigaciones muestran que algunas variedades de trigo atrapan a un tipo de escarabajo, previniendo así el daño de sus hojas.

Los más asombroso de todo es el cronometraje de esta defensa.  ¡Las plantas que usan este método para protegerse no empiezan a tener estos pelos sino hasta unos pocos días antes del ataque anual de sus enemigos insectos!

Los humanos pueden pensar que sus inventos son brillantes.  Sin embargo, porque Dios es más inteligente que nosotros, es muy probable que en algún lado, de alguna manera, Él ya haya creado casi toda invención práctica.  ¡Este es aún otro argumento para la creación!

Oración: Te agradezco Padre que al mandarnos a sojuzgar la creación, Tú nos guiaste a descubrir lo que Tú ya habías inventado. Ayuda que nuestra tecnología te glorifique al dar a los cristianos que están trabajando en las ciencias entendimiento sobre Tus inventos. En nombre de Cristo Jesús. Amén.

 

 

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