Daniel 1:20
“En todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey los consultó, los halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su reino”.
Vivió en la última mitad del siglo diecinueve. Fue un gran creyente en el Dios Creador y esto le hacía muy impopular en algunos círculos. Al seguir sus estudios científicos en Paris se convirtió en una piedra en el zapato de sus contemporáneos, los seguidores de Charles Darwin. Ellos argumentaban que la vida surgió espontáneamente hace mucho tiempo de la materia sin vida pero, Louis Pasteur creía que la vida fue creada por Dios. Él decidió aplicar su conocimiento científico en oposición a las afirmaciones de Darwin.
Sus cuidadosos experimentos conducidos hace 150 años mostraron que la vida solo podía venir de una vida pre-existente. Él efectivamente puso fuera del aire la afirmación que la vida podía surgir de químicos sin vida. Su investigación también mostró que la fermentación era causada por diminutas células de levadura. Esto lo llevó a descubrir que muchas enfermedades eran causadas por organismos vivos demasiado pequeños para ver. Como resultado de su trabajo científico desmintiendo importantes afirmaciones evolucionistas, Louis Pasteur desarrolló vacunas para combatir enfermedades como la rabia, difteria y ántrax.
Hoy, millones de personas disfrutan de una mejor salud y de comida más sana porque Pasteur buscó mostrar que la verdadera ciencia no desmiente a la Biblia. Podemos agradecer a Dios de que Pasteur no se sentó de brazos cruzados y aceptó silenciosamente las afirmaciones ateas y materialistas de sus días. Él una vez comentó que mientras más aprendía en la ciencia, más simple se hacía su fe en las simples palabras de las Santas Escrituras.
Oración: Te agradezco, Señor, por las bendiciones que Tú nos has dado a través del servicio de aquellos científicos quienes fielmente creen en Tu Palabra y aplican sus verdades a sus investigaciones. Danos más de estos trabajadores y el testimonio y bendiciones que proveen. En nombre de Cristo Jesús. Amén.