Salmos 40:5

“Has aumentado, Jehová, Dios mío, tus maravillas y tus pensamientos para con nosotros. No es posible contarlos ante ti. Aunque yo los anunciara y hablara de ellos, no podrían ser enumerados.”

Existen muchos métodos de comunicación, muchos de los cuales nosotros los seres humanos no los hemos pensado.  Uno de estos es la comunicación química.

Tome, por ejemplo, la polilla hembra gusano de seda.   Cuando ella está lista para aparearse libera una pequeña cantidad de un químico.  Este químico que se llama Fenohormona puede atraer a un polilla macho gusano de seda desde hasta dos millas de distancia.  Aunque la hembra ha liberado solo 100 milésimas de un gramo, el macho puede detectar el químico. Muchos otros insectos utilizan fenohormonas para atraer a sus parejas.

Las fenohormonas también son utilizadas por las hormigas para señalar sus caminos por medio de la comunicación química.  Cuando una hormiga encuentra una buena fuente de comida, retorna al nido, dejando un camino de olor invisible, este desaparece luego de unos pocos minutos.   Este olor químico es tan específico que otras especies de hormigas no reconocerán el camino si se cruzan por el.  Esto ayuda a proteger la fuente de comida de estas hormigas de ser descubiertas por otras especies de hormigas.

La comunicación química permite al comunicador el comunicarse con otros de su propia especie, inclusive en largas distancias.  En un sentido, las fenohormonas son la versión de la radio de los animales.

Oración: Si hubiese estado en mis manos diseñar y construir la creación, amado Señor, mi mejor esfuerzo no se compararía con lo que tenemos de Ti. Ayúdame a recordar esto cuando intente construir mi vida sin Ti. Amén.

 

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