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Génesis 11:9
“Por eso se la llamó Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra”.
¿De dónde exactamente vinieron nuestros lenguajes? Aquellos que creen que el relato de la Biblia de la historia humana es confiable esperarían que la respuesta señale exactamente un área general de Asia cerca de donde aterrizó el Arca de Noé.
Por supuesto, la mayoría de historiadores no toman a la Biblia con seriedad. Ellos creen que los lenguajes simplemente evolucionaron de gruñidos. Ellos esperarían que los lenguajes rastrearan a las áreas generales en las cuales aquellos lenguajes se hablan hoy.
Un artículo en la revista Scientific American de marzo de 1990 reporta sobre un estudio que intentó averiguar el origen de varios lenguajes europeos. El estudio utilizó muchas piezas de información, las que incluían similitudes entre varios lenguajes europeos, para determinar el lenguaje original de donde todos ellos habían salido. Las investigaciones más antiguas habían dicho que los lenguajes europeos se desarrollaron en Europa. Pero este estudio posterior concluyó que los lenguajes europeos en realidad tuvieron su comienzo en un área general de Anatolia del este, cerca del Ararat.
Este estudio, que impresionó a otros investigadores por su minuciosidad, significa que los historiadores ya no pueden ignorar el relato bíblico de la historia. Y esperamos que las nuevas investigaciones adicionales que han sido sugeridas para confirmar estos hallazgos – así como la investigación del origen de otros grupos de lenguajes – provea evidencias aún más poderosas ey difíciles de ignorar para la presentación de la historia bíblica.
Prayer:
Te agradezco, Señor, por el maravilloso regalo del lenguaje. Te doy un agradecimiento especial por comunicarnos Tu Palabra. Ayúdame a poner un valor mayor en lo que Tú me dices en Tu Palabra para que yo sea movido a aprender más de ella. Amén.
Notes:
“European languages origin near Ararat.” ARCHAEOLOGY and Biblical Research, v. 3, n. 2, Spring 1990. p. 60. Photo: Pixabay (PD)