Génesis 1:25
“E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.”

Australia, como ya señalamos, es una tierra de animales exóticos. Y, de todas las extrañas y maravillosas criaturas de ese país continental, tal vez ninguna captura la imaginación tanto como el poderoso canguro y su pequeño primo el Ualabí. Aunque es nativo de Australia, recuerdo que de niño estaba fascinado por los misteriosos avistamientos de Ualabies en el Parque Nacional “Peak District” de Inglaterra, que estaba muy cerca de donde me crie. En 1975, había una colonia de 60 Ualabies, que había crecido de cinco individuos que escaparon de un zoológico en 1940.

Los canguros son marsupiales. Aunque, muchas especies de Marsupiales –en su mayoría zarigüeyas– viven en Las Américas, Australia y Nueva Guinea y están repletos de una amplia variedad de ellas. La característica principal de un Marsupial es que la hembra da a luz a sus crías en una etapa muy temprana de la gestación (aproximadamente 36 días), y el bebé es protegido, generalmente en una bolsa, donde continúa su desarrollo. Un bebé canguro, o Joey, estará en la bolsa de su madre por alrededor de nueve meses antes de que comience a aventurarse afuera por períodos cortos. Un aspecto fascinante del ciclo reproductivo es que una hembra puede tener una canguro embrión en su vientre y un Joey en desarrollo en su bolsa. Parece ser capaz de congelar el desarrollo del embrión y reiniciar cuando el Joey está listo para salir de la bolsa. Parecería que Dios diseñó este mecanismo para permitir la larga migración de tales marsupiales de Australia después del Diluvio.

Oración: Gracias Señor, por la increíble forma en que se has diseñado las criaturas como el canguro para poder tener la capacidad de adaptarse a su entorno. Amén.

Ref: Creation 10(4):8-13 de septiembre de 1988.  Imagen: Dominio Público.

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