Salmo 119:103

“¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca”.

Tal vez ha jugado “El Teléfono Dañado” en fiestas infantiles. Los participantes están sentados en una línea, o quizás en un círculo. Una persona comienza susurrando una frase a su vecino. Ese vecino susurra el mensaje a la siguiente persona. Finalmente, el mensaje ha ido alrededor de la habitación. Pero, cuando la última persona dice el mensaje en voz alta, no suele tener demasiadas similitudes con el original. Los sucesivos participantes han oído mal, o malinterpretado.

Hay muchas personas que suponen que la traducción de la Biblia fue así. Cada vez que la Biblia fue traducida de un idioma a otro, perdió algo de su significado. Lo que tenemos hoy en día, dice este argumento, es sustancialmente diferente de la intención del original.

Sin embargo, no es así cómo realmente se dio la traducción de la Biblia. No traducimos de un idioma a otro idioma. Tenemos manuscritos en los idiomas originales. El Antiguo Testamento fue escrito principalmente en Hebreo, y un poco en Arameo. El Nuevo Testamento fue escrito en Griego. Estos son idiomas conocidos, ampliamente estudiados, y tenemos numerosos manuscritos de libros bíblicos en estos idiomas. Así, por ejemplo, una Biblia en inglés no ha sido traducido del hebreo al griego al latín al alemán al inglés. Se ha traducido directamente en un solo paso, a partir de los idiomas originales. La Biblia no es el producto de un juego de teléfono. Podemos tener la confianza de que estamos leyendo la Palabra de Dios.

Oración: De hecho, Señor, cuán dulces son Tus palabras. No hay otro libro como Tu libro, que nos trae más cerca de Ti.  Muchas gracias por la Biblia. Amén.

Ref: < Https://carm.org/hasnt-bible-been-rewritten-so-many-times-we-cant-trust-it-anymore >, visitada 11/28/2017. Imagen: Foto por Raul654, Creative Commons Attribution Share-Alike 3.0 Unported.

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