Génesis 1:24
“Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así.”
El sexto día de la semana de la creación parece haber sido de las más ocupadas, en lo que respecta a la variedad de la creación. En este día, Dios creó a los animales terrestres, y creó a las primeras dos personas. Durante ese día, hemos de asumir que todos los eventos de Génesis 2 sucedieron. Es decir, Dios hizo los animales, plantó el Jardín del Edén, hizo a Adán, trajo algunos animales para que Adán les de nombre y, finalmente, Dios hizo a Eva de Adán.
No es fácil entender lo que significa la triple división de los animales terrestres, como el ganado, los reptiles y las bestias de La Tierra. Parece probable que estas subdivisiones no estén en la línea de las clases de vertebrados. Probablemente, en su lugar, se refieren a la forma en que estos animales interactúan con los seres humanos – un enfoque de clasificación más pragmático y orientado al uso que sería más típico de la clasificación bíblica.
Un punto que debemos notar es que estas criaturas de La Tierra, como las criaturas del mar y las voladoras, son descritas como seres vivientes. En otras palabras, tienen nephesh. En Génesis 1:22, leemos que Dios bendijo a estas criaturas. Implícitamente, esta bendición parece extenderse a todas las formas de vida nephesh – aquellos animales que contienen sangre. También podemos leer que las criaturas fueron creadas “según su género”. Este concepto de género es más amplio que el de las especies. Un género bíblico (los creacionistas a menudo utilizan el término baramin, del hebreo para “clase creada”), probablemente esté más cerca del término taxonómico familia. Las especies dentro de las clases pueden variar ampliamente, pero una clase no puede evolucionar en otra.
Oración: Señor Dios, así como bendijiste a las criaturas que hiciste, nos has bendecido a nosotros aún más. Gracias por todas las bendiciones que has dado a la humanidad. Amén.
Ref: Sarfati, J. (2015), El relato del Génesis, (Powder Springs, GA: CMI), pp. 236-240. Imagen: Adobe Stock Imágenes, licenciados, y editado por el autor.
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