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Génesis 1:11
“Después dijo Dios: ‘Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol que dé fruto según su especie, cuya semilla esté en él, sobre la tierra’. Y fue así”.
¡Dios no hace cosas de mala calidad! Mientras que hablamos de formas “simples” de vida, aprendemos más sobre las cosas vivientes, y más claramente podemos ver que no hay tales cosas como formas simples de vida.
La evolución durante mucho tiempo ha teorizado que la vida empezó con formas simples que gradualmente, a lo largo de millones de años, se convirtieron en complejas. Los científicos evolucionistas dicen que las formas “simples” de vida que todavía andan alrededor hoy prueban esta afirmación. ¡El problema es que, no hay ninguna forma simple de vida! Tome al “modesto” hongo, por ejemplo. El hongo que lanza su gorra tiene un número de diseños elegantes que le permiten esparcir sus esporas reproductivas. En primer lugar el hongo que lanza su gorra tiene un reloj incorporado. El hongo se va doblando a través del día en respuesta al movimiento del sol. También lanza sus masas de esporas con el fin de esparcirlas sobre el área más amplia posible.
El reloj incorporado del hongo lanza gorra espera lazar su tapa hasta que el hongo esté volteado en el mejor ángulo posible para producir la dispersión más amplia disponible de sus esporas. El sistema sensible a la luz en el hongo dispersa alrededor de las nueve de la mañana – apuntando las esporas en un área que probablemente esté abierta, para que las esporas puedan esparcirse aún más por medio de animales. Pero sea que las esporas caigan donde pasan animales o sobre una hoja, están cubiertas de goma para ayudar en una mejor dispersión.
El simple hongo nos recuerda que no hay ninguna forma simple de vida. Inclusive a este hongo se le ha dado formas sofisticadas de llevar a cabo su mandato de reproducirse según su especie.
Prayer:
Amado Padre, no hay ninguno de nosotros que seamos tan simples o sin importancia que no nos hayas capacitado para hacer Tu voluntad. Ayúdame siempre a recordar que el estorbo del pecado es de mi naturaleza, y que debo a venir a mi Salvador, Cristo Jesús, para ser limpio. En Su Nombre. Amén.
Notes:
Howe, George F. 1972. “The cap thrower fungus.” Creation Research Society Quarterly, v. 9, n. 3, Dec. p. 172.