Gálatas 1:8
“Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anuncia un evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema”.

Una de las mejores estrategias para sobreponerse a un oponente es el engañar al oponente y hacerle creer que usted no existe.  Luego usted se infiltra a su oponente y le hace pensar que usted está de su lado.
 
Esta es la táctica utilizada por un microorganismo responsable de la potencialmente fatal enfermedad tropical, leishmaniasis.  Esta enfermedad se propaga por un número de especies de moscas de arena que chupan sangre.  Cuando atacan, estas inyectan un poco de los microorganismos en el torrente sanguíneo.  La infección puede causar llagas en la piel muy dolorosas.  Si los protozoos migran hacia los órganos internos éstos pueden fatalmente causar daño al hígado o al bazo.  El resultado entonces es una enfermedad fatal llamada la enfermedad negra.

Normalmente los organismos que causan la enfermedad se consumirían y serían destruidos por los glóbulos blancos como parte del funcionamiento normal del sistema inmunológico.  Sin embargo, los bichos en realidad viven dentro de los glóbulos blancos que los han consumido y han derrocado a los glóbulos mismos.  Estos absorben la maquinaria química de la célula y la incitan a hacer un factor de crecimiento llamado TGF-beta.  Este químico neutraliza el químico que utilizan los glóbulos blancos para matar a los microorganismos.  Por lo general es hecha por los glóbulos blancos solo después de que una infección ha sido detenida.  En otras palabras, las proteínas engañan al sistema inmunológico a dar un todo está bien.

Nosotros nos encontramos lo más espiritualmente vulnerables cuando pensamos que hemos vivido vidas tan buenas que no tenemos necesidad de que nuestros pecados nos sean perdonados.  Esa mentira derroca nuestra dependencia en nuestro único Salvador del pecado, Jesucristo, en Quien solo encontramos el perdón.

Prayer:
Perdóname, Padre celestial, por aquellos momentos en que me he congratulado a mí mismo por mi bondad, en vez de depender en el Único que es perfecto, mi Señor y Salvador, Jesucristo. En Su Nombre. Amén.

Notes:
Ezzell, C. Disarming, “Combating a Tropical Parasite.” Science News, July 1992. P. 53.

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