Efesios 3:17
“… que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor…”

La relación entre dos o más criaturas es a veces tan bien diseñada y compleja que no hay ninguna manera concebible que pudiera haber evolucionado.  La Sacculina carcini es un crustáceo microscópico que empieza su vida como una larva de natación libre.  La hembra primero busca un cangrejo como anfitrión y luego busca un pequeño hoyo en la coyuntura de la pata del cangrejo.  Al encontrarlo inserta un tubo hueco a través del hoyo y chisguetea unas pocas células que son ella mismo dentro del cangrejo y deja la mayoría de su cuerpo atrás.  Al crecer como un gran bulto en la parte inferior del cangrejo, también está envia zarcillos a través del cuerpo del cangrejo.

¡Invasión crustácea!Cuando la Sacculina está lista para aparearse, ella ofrece uno o dos hoyos del tamaño de un alfiler a cualquier macho disponible.  Si un macho la encuentra, muda la mayoría de sí mismo, por entre el pequeño hoyo y se fusiona con la hembra.  Allí continuamente fertilizan huevos, produciendo miles de nuevas larvas cada dos semanas.  En este punto la Sacculina se encuentra en completo control del cangrejo que ahora ya no puede producir, crecer ni hacer nada más que no sea comer.  El cangrejo inclusive asea su bolso reproductivo que esparce larva Sacculina.  Aún más sorprendentemente, a los cangrejos machos infectados les crece características femeninas así como comportamiento femenino para ayudar esparcir la larva Sacculina aún más efectivamente.

La complejidad de esta relación ciertamente requiere un Creador que es mucho más grande que cualquier crustáceo.

Prayer:
Señor, permite que haya lugar en mi vida sólo para Ti y Tu Palabra. Amén.

Notes:
Discover, 8/00, pp. 80-85, “Do Parasites Rule the World?”

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