Job 22:12
“¿No está Dios en la altura de los cielos? Mira lo encumbrado de las estrellas, cuán 
elevadas están.”

Uno de los argumentos en contra de la aceptación del relato de la creación en Génesis es la noción de que la Biblia fue escrita por hombres antiguos que no habrían tenido el conocimiento suficiente para comprender los problemas científicos. Por ejemplo, los comentaristas evolucionistas teístas han sugerido que el autor del Génesis, y por lo general se niegan a reconocer que se trataba de Moisés, debe haber creído que el cielo era una cúpula sólida y que el sol, la luna y las estrellas solo eran objetos de luz incrustados en ésta cúpula. Obviamente, yo no estaría de acuerdo con esa interpretación artificial del texto, que tales evolucionistas creen debe haber sido escrito más tarde, tal vez en el momento del exilio a Babilonia.

El Libro de Job proviene de una época similar al Libro del Génesis, y podría sugerir que fue en el momento en que Moisés estaba vivo. En Job 11: 7-8, el “amigo” de Job, Zofar, afirma que la sabiduría de Dios es tan alta como el cielo. Así, la infinitud de Dios se compara con la inmensidad del universo. Este comentario no es aislado. En Job 22:12, Elifaz dice: “¿No está Dios en lo alto de los cielos?” Y “¡Mira lo alto de las estrellas, cuán altas son!” Estos comentarios no son declaraciones doctrinales importantes. Más bien, muestran que las opiniones de personas tan antiguas como el libro de Génesis no creían que el cielo fuera una cúpula sólida literal. En cambio, estos versículos sugieren una precisión científica, que es inexplicable por los modelos evolutivos de la historia.

Oración: Señor, Tu Palabra, es la verdad para siempre. Tú eres el que creó el universo, y estamos asombrados mientras alabamos Tu Gran y Santo Nombre. Amén.

Ref: Morris, H.M. (2000), El notable registro de Job  (Green Forest, AR: Master Books), pág. 43. Imagen: Hebreo para Job 1:1, Dominio Público.

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