2 Crónicas 16:12
“En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó gravemente de los pies, pero en su enfermedad tampoco buscó a Jehová, sino a los médicos”.

Aristóteles es citado diciendo que el principal trabajo de un médico es entretener al paciente mientras la naturaleza lo sana.  Bien, la medicina ha caminado un largo camino desde Aristóteles pero los médicos modernos pueden aprender del hombre de medicina.

Hace unos pocos años, un químico norteamericano visitó una tribu en el este frondoso  africano.  Allí el atestiguó que tribus enteras tomaban té de las fresas de un arbusto silvestre local hecho por un hombre de medicina.  Se decía que el té evitaría el cólera.  Un pequeño estudio local reveló que el té en realidad parecía prevenir el cólera.  Así que el químico recolectó una cantidad de fresas y las llevó a su laboratorio para estudiarlas. Él encontró que el ingrediente activo en la fresa, maesanina, si actúa como un antibiótico poderoso.  Sin embargo no causa que el cuerpo produzca anticuerpos como lo hacen otros antibióticos, ni lucha contra las bacterias de la misma forma que otros antibióticos.  Esto significa que la maesanina puede ser efectiva para personas que son sensibles a otros antibióticos.  El químico concluyó, “La naturaleza todavía es la mejor química.

Bien, fue Dios quien creó el arbusto y las fresas que ofrecen lo que parece ser un antibiótico que bien puede superar a cualquier otro descubierto antes.  Y Él libremente nos dio esto como El libremente nos dio Su Hijo.

Prayer:
Amado Señor Jesucristo, Tú eres el gran médico tanto del cuerpo como del alma. Ayúdame siempre a recordar mirarte primero a Ti cuando estoy en necesidad – y de agradecerte y alabarte cuando estoy en necesidad. Amén.

Notes:
“Nature’s remedies: Some of them work… and some don’t,” June, Science 83, p.6.

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